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El Papa denuncia la situación "dramática" de la Iglesia

El papa Benedicto XVI presidió en la basílica de San Pedro del Vaticano la misa del Jueves Santo que da comienzo a las celebraciones de Pascua, durante la cual denunció la situación "dramática" de la Iglesia y condenó el llamado a la "desobediencia" lanzado por sacerdotes.

Durante la homilía, pronunciada ante unos 1.600 religiosos, entre ellos numerosos cardenales, obispos y curas de todos los continentes, el Papa reconoció que la Iglesia atraviesa un momento "dramático".

Igualmente condenó el llamado de un "grupo de sacerdotes" europeos a favor de "la desobediencia" en defensa, entre otras cosas, de la ordenación de las mujeres y la comunión para los divorciados.

"Pero la desobediencia, ¿es un camino para renovar la Iglesia?", se interrogó el Papa.

El Papa criticaba en particular al grupo austriaco "Iniciativa de los sacerdotes", fundado en junio del 2011, que pide reformas dentro de la Iglesia y que goza de apoyo tanto del clero como de amplios sectores de la sociedad.

"Queremos creer en los autores de este llamado cuando afirman que les mueve la solicitud por la Iglesia; su convencimiento de que se debe enfrentar la lentitud de las instituciones con medios drásticos para abrir caminos nuevos, para volver a poner a la Iglesia a la altura de los tiempos. Pero la desobediencia, ¿es verdaderamente un camino?", se interrogó el pontífice.

La condena del Papa es una respuesta directa a los pedidos de cambio y fue pronunciada justamente en el día tradicionalmente dedicado al sacerdocio.

"Los santos nos indican cómo funciona la renovación y cómo podemos ponernos a su servicio. Y nos permiten comprender también que Dios no mira los grandes números ni los éxitos exteriores, sino que remite sus victorias al humilde signo del grano de mostaza", explicó.

Durante la misa el Papa bendijo los óleos que se usan para los enfermos, en los bautizos y en las ordenaciones sacerdotales.

Después de la llamada "misa crismal", en presencia de todos los curas de la diócesis de Roma, el Pontífice realizará el tradicional lavado de pies en la basílica romana de San Juan de Letrán.

El Jueves Santo conmemora en el cristianismo la última cena de Cristo con sus discípulos antes de su detención y su crucifixión.

El dinero que se recaude durante la misa será entregado a los refugiados de Siria.

El viernes se llevará a cabo la "celebración de la Pasión" en la basílica de San Pedro, seguida del tradicional Vía Crucis en el Coliseo romano.

Benedicto regresará el sábado a la basílica vaticana para la "vigilia pascual" y al día siguiente celebrará la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro antes de pronunciar su bendición "urbi et orbi" (a la ciudad y al mundo).