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La nuestra no es una tarea de administradores, es una tarea de constructores políticos", dijo Cristina

Cuando se levanta una escuela, un hospital, una ruta, cuando se lleva agua potable no estamos administrando ni gestionando, estamos construyendo un nuevo Chaco y un nuevo país. Le digo a mis compañeros: no nos detengamos en los que agravian y sólo saben mover la lengua; nosotros movemos los brazos, las neuronas, las piernas para recorrer el país, para ayudar a levantar, y lo hacemos porque no solamente nos viene de nuestro ADN histórico político, sino de un aprendizaje propio que nos tocó vivir en carne viva como generación del bicentenario, cuando un hombre que venía del Sur tuvo que hacerse cargo de un país devastado material y culturalmente. Ese hombre nos enseñó a ponernos de pie. No había tiempo para andar buscando de quién era la responsabilidad de los desastres, porque había un cuarto de los argentinos que no tenía trabajo, que no había obras, porque además pesaba sobre nosotros el endeudamiento más formidable del que se tenga memoria en toda nuestra historia. Y él con apenas el 22% de los votos se hizo cargo de la Argentina sin beneficio de inventario. Se puso a trabajar. Una de sus principales virtudes, además de su coraje, de su voluntad indómita tal vez forjada ante tanta adversidad con el clima y el viento de la Patagonia, tal vez uno de sus mayores méritos haya sido desmontar de la cabeza de cada uno de los argentinos, aquellas ideas de que nada era posible. Que si les decíamos que no a los que querían volver a aplastarnos la cabeza, no íbamos a poder hacer nada. Él dijo que no, y con voluntad histórica asumimos una deuda que no era nuestra, logrando la reestructuración de deuda soberana más importante de la que se tenga memoria no solamente por su volumen sino porque dejó claramente establecido un principio que debe aplicarse en materia universal: cuando un país se endeuda en una vez y media en su producto bruto, hay responsabilidad de quienes permitieron tal nivel de endeudamiento, pero también hay responsabilidad de los que los prestaron sabiendo que no se la iban a devolver porque ese era un método de dominación permanente de los pueblos. Por eso sostuvo en todos los foros y en la renegociación de esa deuda, que nos íbamos a hacer cargo, pero que también debían hacerse cargo los que nos habían prestado a tasas que no existían en ningún lugar del mundo, al 14, 15 por ciento cuando las tasas no pasaban del 1 por ciento. Dijo que nos hacíamos cargo sin volver a endeudarnos, y sin dejar a los argentinos afuera, porque éste es el mérito de este proyecto: hacernos hecho cargo de la historia con todos los argentinos adentro. Si hasta tuvimos que venir a terminar Yaciretá y Atucha II, paradas desde hacia décadas. Cuando llegamos nos encontramos con que habían privatizado el espacio radioeléctrico. Hay un centro internacional que le da a cada país un número reducido de frecuencias orbitales: dos teníamos nosotros, y se habían privatizado. Los satélites estaban a punto de vencerse y las empresas no los quería renovar. No podíamos tener satélites ni siquiera alquilados, porque perdíamos las órbitas. En 2006 fundamos Arsat, la primera empresa argentina de construcción de satélites geoestacionales, que no me vengan con cuentos. El Imvap (instituto público provincial de Río Negro) lo construyó. Ese que va a potenciar las fibras ópticas, el 4 G y mejorar las telecomunicaciones de los argentinos. Todo esto además generando millones de puestos de trabajo, y el régimen previsional de mayor cobertura de América Latina. Un régimen que les da dos aumentos por año. Nuestros trabajadores con el mejor salario mínimo vital y móvil de Latinoamérica. Todo esto es por lo que vienen. Cuando sacan una sentencia trasnochada que ni siquiera pueden cumplir. Hoy leía que en Nueva York un banco norteamericano ha vuelto a solicitar una audiencia ante este juez neoyorkino para que les permita pagar. Les permite pagar a un banco y no a los otros acreedores. De qué democracia nos quieren hablar. Les vamos a pagar al cien por cien de nuestros acreedores, pero dentro de la legalidad, equidad e igualdad, porque en realidad, y lo vengo afirmando en reiteradas oportunidades, lo que quieren es que se caiga abajo la reestructuración de deuda del 2005 y 2010, porque de esa manera la Argentina volvería a deudas siderales e inmanejables, y tal vez para algunos la única forma de pagar esa deudas, si se cayera, sería volver a entregar nuestros principales recursos nacionales. Esa es la valla. No soy yo. No es una presidenta ni lo que diga ni sus modales. Es un modelo de país. Porque saben no solamente de nuestros recursos naturales, sino de la capacidad de nuestros recursos humanos. Somos líderes a través de los hombres y mujeres que han consagrado su vida a la ciencia. Investigación y desarrollo aplicado al crecimiento de la Argentina. Es para que la Argentina vuelva a ser un país subordinado, sin proyectos propios. ¿Cuántos son los países que hacen satélites en el continente Americano? Nos tenemos que plantear que más allá de las diferencias saludables de la democracia, de las diferencias ideológicas, tenemos primero un compromiso fundamental que debe abarcar a los cuarenta millones de argentinos, que es el de no claudicar, el de defender la soberanía nacional, lo que hemos logrado. Algunos que parecen no entender, pero no se dan cuenta de que esta presidenta ya ha logrado lo que en su vida había pensado: primera presidenta mujer de los argentinos, reelecta por el 55 por ciento de todos ustedes, con mi compañero de vida y de militancia entregando su vida por su país. Ya tengo más de lo que soñaba cuando empecé a militar. Lo que quiero dejarle al presidente o presidenta de todos los argentinos, es un país distinto al que él vivió y sufrió. Que lo haga desde un país distinto, con mejores posibilidades, con un presente mejor. En nombre de esa historia, los convoco a todos a trabajar en forma unida. Las diferencias en las urnas, pero todos los días a laburar por el país, que es lo que importa.