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Una fuga que marca la crisis del macrismo en la provincia de Buenos Aires

Según las informaciones que se manejan hasta el momento, los hermanos Martín y Christian Lanatta y Víctor Schillaci Bonini se fugaron del penal de máxima seguridad de General Alvear alrededor de las 2:30 del domingo luego de maniatar a dos guardias penitenciarios, golpear a otro y amenazar con un arma de juguete al custodio de la puerta de la cárcel. Los prisioneros huyeron con un rehén –al que liberaron más tarde- en un viejo Fiat 128 de un empleado del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), posiblemente escoltados por una camioneta 4x4 negra que los esperaba afuera. Todas las fuerzas de seguridad están en la búsqueda de los prófugos, quienes fueron condenados en 2012 por el triple crimen de General Rodríguez, se reforzaron los controles en las fronteras y el fiscal de Azul, Cristian Citterio, pidió la captura internacional. Los hermanos Lanatta y Schillaci Bonini recibieron penas de prisión perpetua por asesinar en 2008 a los empresarios farmacéuticos Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, vinculados al tráfico de efedrina. La escandalosa fuga marca una profunda crisis en la provincia de Buenos Aires, a poco más de dos semanas de la asunción del gobierno de Cambiemos, y demuestra no sólo la incapacidad de María Eugenia Vidal para manejar áreas sensibles, como la seguridad y el servicio penitenciario, sino también la lucha contra el narcotráfico, uno de los ejes de la campaña electoral del macrismo. “Para que no haya más narcotráfico, Vidal debe ser gobernadora y no Aníbal Fernández”, decía Mauricio Macri, luego de la operación periodística armada por el Grupo Clarín contra el entonces candidato a gobernador del Frente para la Victoria (FpV) para implicarlo en plena campaña con el triple crimen, utilizando a Martín Lanatta. Desde el kirchnerismo, interpretaron la fuga como una “devolución de favores” por el rol que jugó uno de los prófugos en el triunfo de Vidal y pusieron de relieve las demoras en el recambio de la cúpula del SPB. El propio Aníbal Fernández dijo que llama la atención que Fernando Díaz se hiciera cargo del servicio penitenciario tras el escape, pese a que lo tenían designado desde hacía una semana. Díaz reemplazó a María Florencia Piermarini, quien había presentado la renuncia antes de Navidad, aunque no se la aceptaron. “¿Por qué lo ponen ahora? Esto es el pago de Cambiemos por las declaraciones de este delincuente de Lanatta”, señalaron desde el entorno de Fernández al diario Página/12 y agregaron que era “bastante obvio que dejaron la cúpula anterior (incluyendo al subsecretario César Albarracín) hasta ‘ayudar’ a los hermanos en la fuga. Es un escándalo de este gobierno de ‘honestos’. Le echarán la culpa a los anteriores, pero esto es cosa suya”. Esta mañana, al ser consultado por diversos medios, el ex jefe de Gabinete pidió que los prófugos sean capturados con vida y apuntó contra María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo (Seguridad) y Carlos Alberto Mahiques (Justicia), como los principales responsables de la fuga. “Que hagan mea culpa y se golpeen el pecho. El gobierno provincial es el responsable”, dijo Fernández. Vidal salió recién esta tarde a hablar sobre el tema en una breve conferencia de prensa. Lejos de reconocer responsabilidades, tiró el fardo para atrás y agregó que “lo que pasó es el resultado de decisiones que tomamos”, aunque no aclaró cuáles fueron esas decisiones. Se limitó a decir que “pelear contra las mafias no es gratis”. El manejo de la crisis quedó en manos de Ritondo, con la asistencia del secretario de Seguridad de la Nación, Eugenio Burzaco.